Ayuda a domicilio Madrid

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    Ayuda a domicilio en Madrid

    A menudo nos resulta en extremo difícil compaginar nuestra vida diaria, sobre todo en el aspecto laboral y profesional, con el cuidado de las personas que más nos importan. En el caso de las personas mayores dependientes, la ayuda por parte de profesionales cualificados y especializados es fundamental.

    Para ejercer la profesión de la ayuda a domicilio en Madrid como en el resto del país, es preciso disponer del Certificado de Profesionalidad en la Ayuda a Domicilio, que expide el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), y los organismos correspondientes de las Comunidades Autónomas. La formación ha de venir impartida por centros autorizados, según lo establecido por el artículo 15 de la Ley 30/2015 y sus Anexos, así como en los Acuerdos correspondientes del Consejo Territorial del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.

    TEXTO LEY DE LA DEPENDENCIA

    Empresas de ayuda a domicilio

    Las empresas de ayuda a domicilio son de gran importancia, porque proveen a cualquier persona o familia de un personal que no sólo cuenta con la formación, sino también con otras características indispensables.

    Además de esta formación reglada y especializada, se requieren una serie de cualidades y virtudes muy específicas para trabajar en esta profesión:

    • Empatía con los problemas del adulto mayor en situación de dependencia al que se está cuidando.
    • Habilidades de sociabilidad y comunicación, para estar lo mejor comunicado posible con la persona atendida y su entorno familiar, y mantener una relación lo más armónica posible con ellos. Hay que tener bien presente que la relación del cuidado y ayuda diaria a una persona dependiente implica la creación de un vínculo con esa persona, lo que es inevitable cuando hay que asistirla en sus necesidades íntimas, ayudarla a estar mejor física y psicológicamente, etc.
    • Capacidad de controlar la sobrecarga en el trabajo, mediante el autocontrol, y también de enfrentar una serie de situaciones psicológicamente muy duras, como es el duelo, o los problemas del deterioro del entorno social y familiar que a veces se dan en estas situaciones.

    La ayuda a domicilio: una labor de profesionales

    La ayuda a domicilio a las personas dependientes implica, además, numerosos conocimientos previos, pues hay que desempeñar tareas variadas, en permanente comunicación con la persona atendida y sus necesidades específicas en cada momento:

    Ayudar a la persona atendida a vestirse, desvestirse y cambiarse cuando fuera preciso.

    Controlar la administración de los fármacos que la persona deba tomar por indicación del facultativo, y los tiempos en que ha de tomarlos

    Acompañar a la persona atendida en sus citas médicas, para indicarle determinados detalles al médico.

    Acompañar a la persona, para así evitarle los trastornos físicos, psíquicos y emocionales, que la soledad pueda provocarle

    Reconocer determinados síntomas que muchas veces no son tan fáciles de reconocer (por ejemplo, las señales de infarto son apenas perceptibles cuando ya se ha pasado la barrera de los ochenta años).

    Ayudar a la persona a ducharse, lavarse, y otras tareas normales de su higiene personal. Hay que tener en cuenta que para estas tareas son necesarios muchas veces instrumentos especiales como grúas o arneses, instalaciones como asideros de ducha, platos de ducha antideslizantes especiales, etc

    Reconocer problemas que afectan a la persona cuidada, tales como ulceraciones producidas por la presión en las personas que tienen problemas de inmovilidad

    La ayuda a la dependencia es una labor tan delicada como necesaria, pero requiere de una escrupulosa selección previa de los cuidadores, por lo que las empresas de ayuda a domicilio son una opción importante. La ayuda a domicilio en Madrid viene ejercida en gran parte por profesionales de estas empresas.

    Además, estas empresas pueden resolver el siempre intrincado asunto del papeleo con las altas y bajas de la Seguridad Social y otros pormenores laborales, y ayudar con la sustitución de los cuidadores cuando, por determinadas razones, la persona contratada no pueda desempeñar su labor.